Mattias y Zelda habían estado toda la noche caminando sin rumbo fijo, puesto que se habían perdido. Intentaban encontrar alguna aldea en la que ver algún mapa, aunque estaban alerta, pues no sabían si podían estar cerca las tropas de Graylord.
Mattias: Agumon, deberías saber dónde estamos.
Agumon: Tengo hambre.
Mattias: No cambies de tema. Este es tu mundo.
Agumon: Pero he estado poco tiempo aquí.
Entonces, aparece una figura en el camino. Es un Tankmon.
Tankmon: Tranquilos, no estoy con Graylord.
Mattias: ¿Por qué habríamos de pensar que perteneces al ejército de Graylord?
Tankmon: Porque hay muchos como yo en él.
Zelda: ¿Sabrías decirnos como volver a una aldea?
Tankmon: Yo también ando perdido. Me separé de un grupo de defensores, y ahora estoy aquí. Por cierto, os contaré un secreto, ya que también parecéis ser aliados de los defensores.
Zelda: ¿Qué secreto?
Tankmon: Lo primero es que os he mentido. Trabajé para Graylord, pero deserté al ver lo que hacían.
Mattias: Tranquilo. Si no intentas nada malo, te dejaremos ir.
Tankmon: Gracias. Bueno, lo que quiero decir es que los Digimons que forman parte de su ejército no tienen la culpa de todo esto, es sólo que Graylord los amenaza con el número de tropas que tiene. Pero los Digimons, solo actúan por miedo, a que esa superioridad numérica se transforme en victoria, y que si ellos no forman parte del ejército, morirán. Pero no ganarán.
Mattias: Los derrotaremos.
Tankmon: No es por eso. Aunque no tengan enemigos, se destruirán ellos solos. Vengo de la lucha de la fábrica, en la que pertenecía a la Segunda División de Arbormon, que fue formada a toda prisa para tener a Digimons que fuesen potentes a la hora de disparar y destruir. Estábamos allí con la única misión de capturar a N-Heartmon, y no me preguntes para qué puesto que no lo sé. Entonces, Arbormon empezó a luchar contra los Digimons de los elegidos, y cuando estaba a punto de ser derrotado, Grumblemon y su división aparecieron y lo mataron. Se nota que han escogido a los Digimons que querían sembrar el caos como líderes de las divisiones, pero estos no entienden de aliados.
Mattias: Así que nuestros amigos estaban allí. ¿Sabrías llevarnos hasta allí?
Tankmon: Huí lo más rápido que pude, y sin mirar atrás. No sé dónde está.
Zelda: En cuanto a traiciones, Mercurymon y ReinforcedDullahanmon se mataron mutuamente.
Tankmon: Pero eso no es todo. La división de Generaltrollmon estaba huyendo, y fue eliminada por otra división, que no he reconocido. Su líder era un caballero con la armadura negra.
Patamon: No lo hemos visto antes.
Tankmon: Y ahora, me encontré a Ranamon. Estaba escondida en un agujero que hay en el suelo, por aquella dirección.
Señala hacia el este, donde en el suelo se puede apreciar algo parecido a una cueva.
Mattias: Dejémosla en paz. No creo que un combate sea conveniente ahora. Gracias por todo, Tankmon.
Tankmon: Adiós.